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martes, 10 de diciembre de 2019

LA DESAPARICIÓN DEL VUELO 19


Vuelo 19 era el nombre asignado a un grupo de aviones que partieron de su base en Fort Lauderdale en la tarde del 5 de diciembre de 1945. 
Los aviones eran 5 bombarderos-torpederos Grumman TBM3 Avenger y llevaban suficiente combustible como para volar más de 1.800 kilómetros. 
Cada avión contaba con un piloto y dos tripulantes.

La primer anomalía se dio en la planilla de personal del Vuelo 19. Si bien se suponía que 15 hombres eran la dotación de esa misión, hubo un tripulante que solicitó ser excusado ese día... 
pese a lo cual la planilla conservada indica "tripulación completa". 

El tripulante que no salió con el vuelo fue el cabo Allan Kosnar, quien luego declararía a la prensa que no tenía ninguna razón concreta para no volar ese día, excepto un raro presentimiento. 

Pero lo más extraño es que el propio jefe de vuelo, el teniente Taylor, se presentó con retraso a recibir las instrucciones de la misión y solicitó que lo relevaran de esa tarea específica. 

Simplemente dijo que no deseaba participar de la misión de ese día, pero no pudo dar ningún motivo concreto ni explicación. Por desgracia para él, no había relevos disponibles, de modo que tuvo que ir. 

Lo que debía ser un simple vuelo de práctica en un día de buen tiempo, se transformó en una tragedia: los cinco aviones desaparecieron, luego de mostrar desorientación, fallas en los instrumentos y tras cruzar extraños mensajes con la torre de control y entre sí.

Nunca se encontró el más mínimo rastro de ellos. Y el hidroavión enviado al rescate desapareció el mismo día. 
La primera parte de la misión del Vuelo 19 se cumplió satisfactoriamente: una práctica de bombardeo (la Segunda Guerra Mundial había finalizado tres meses atrás). 

Pero cuando los aviones retornaban, hacia las 3:15 de la tarde se recibió en la base un llamado del teniente Taylor, jefe de vuelo: 

Teniente Taylor: "Llamando a la torre. Esta es una emergencia. Parece que hemos perdido el rumbo. No podemos ver tierra.....repito.....no podemos ver tierra." 


* Torre: "¿Cuál es su posición?" 
* Teniente Taylor: "No estamos seguros de nuestra posición. No podemos estar seguros acerca de dónde estamos. Parece que nos hemos perdido." 
* Torre: "Tome dirección debida, hacia el oeste." 
* Teniente Taylor: "No sabemos en qué dirección está el oeste. Todo anda mal......es extraño.....no podemos estar seguros acerca de ninguna dirección.......ni siquiera el océano tiene un aspecto normal. 

A las 3:30 se recibieron mensajes de diálogo entre los pilotos del Vuelo 19. De ellos se deducía que los instrumentos de vuelo se habían vuelto locos y que las brújulas habían dejado de funcionar, lo cual ya era difícil para el caso de un avión (pues se habían revisado antes del despegue), pero era absolutamente improbable para el caso de todos los aviones. 

Allí fue cuando se despachó un hidroavión Martin Mariner de rescate, con tripulación de trece hombres. 

Hacia las cuatro de la tarde se escucharon las últimas transmisiones audibles del Vuelo 19. 
Se pudo oir débilmente un mensaje sumamente extraño: "Parece que estamos....entrando en agua blanca......estamos completamente perdidos". 

En años posteriores, un periodista que siguió el caso desde su inicio, logró contactar con un radioaficionado que captó un último y aún más extraño mensaje del teniente Taylor: 

"No vengan por mí" 


De todas maneras, ni las teorías formuladas ni las conclusiones oficiales lograrían explicar otros misterios dentro del misterio: 

El primero de ellos sucedió tres semanas después de desaparecer el Vuelo 19, cuando la búsqueda ya había cesado sin ningún éxito. La familia de George Paonessa, uno de los tripulantes de la fatídica misión, recibió un telegrama en estos términos: 

"Han sido mal informados acerca de mi persona. Estoy perfectamente vivo" 

Firmado: Georgie 


Para la familia Paonessa nunca quedó duda de que el remitente del telegrama era el tripulante "desaparecido", pues firmaba con el apodo que sólo su madre usaba para él. 

Y tampoco quedó duda de que el remitente hizo lo posible para que el telegrama no fuera interceptado: fue enviado al domicilio de un tío, dirección que los militares no conocían. 

El segundo de ellos sucedió cuando se descubrieron, en la zona del Triángulo, los restos de cinco aviones TBM en el fondo del mar......pero que no formaban parte del Vuelo 19 ni tampoco se habían reportado nunca como perdidos. 

Por consiguiente, la explicación generalmente más aceptada por entusiastas navales y civiles que han investigado minuciosamente este incidente coincide en que el Teniente Charles Taylor se confundió y se desorientó, llevando a su tripulación al mar abierto donde se les acabó el combustible y aterrizaron en aguas tormentosas durante la noche. Y aunque los pilotos estudiantes sabían que él estaba equivocado sobre su ubicación; él era el líder de vuelo y estaba al mando. Para cuando él tomo el consejo de uno de sus aprendices pilotos sobre volar hacia el oeste, ya se encontraban muy lejos como para aterrizar sobre tierra firme. La posición oficial de la Marina Estadounidense sobre el incidente no refleja ningún misterio relacionado a lo que le paso al Vuelo 19, describiendo el hecho de que la culpa residió completamente en el Teniente Charles Taylor. El único misterio para la Marina Estadounidense es donde se estrellaron los aviones del Vuelo 19. 

Otra teoría en ese mismo documental declara que los aviones realmente pudieron haber estado donde Taylor creyó que ellos estaban, y que ellos chocaron en los pantanos de Georgia. Sin embargo, esa teoría se ha tomado con escepticismo. 

Una nave de rescate PBM Mariner también desapareció sin un rastro durante la búsqueda del Vuelo 19, tal como Berlitz declaró en su libro. Esto incrementó la especulación sobre fenómenos sobrenaturales y el Triángulo de las Bermudas, y aunque Berlitz aludió en su libro a la casualidad sobre el Triángulo de las Bermudas, se formula en cierto modo que algunos puntos también son misteriosos y desconocidos, cuando de hecho no lo fueron. 

El SS Gaines Mill informó una explosión por encima del agua poco después de que despegó el PBM Mariner, en el lugar donde debía de estar este. Se pudo divisar una mancha de aceite en ese punto, pero el mal clima impidió que se recobrara cualquier resto, y para cuando el clima tormentoso terminó, todos los rastros del accidente ya no estaban ahí. El escenario más probable fue que una fuga de combustible causó la explosión, la cual desintegro el avión.    


Tomado de Lucasmaster10  

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